La santidad es...

Tan criticada, tan juzgada, tan humillada, no sólo por los enemigos, más bién se ha visto sometida al escarnio público, la burla, y el rechazo, por los que siguen las mismas huellas que ella sigue.

Tanto malo que se dice de ella, y resultó ser la única valiente que en medio de aquella situación de muerte y persecución, muy temprano, aquel Domingo, se levantó para buscar a su amado; si, fue ella, la que llamas "****" y no tú, que te haces llamar discípulo.

Hoy sigue pasando igual, tanta gente es ignorada por ignorantes, marginada por marginales, juzgada por injustos, excluida por los que se creen exclusivos.

También hoy son muchos los cobardes que llamándose creyentes, dándose el título de discípulos, no se atreven ni a preguntar ¿dónde está Jesús? Porque creen tenerlo en la jaula de su corazón con una seguridad impenetrable que no se han dado cuenta que Cristo vive en el otro que lo busca y lo comunica.
Tanto que dicen tener de Dios y no se atreven ni a bendecir al vecino de en frente.

Cuánta gente cree vivir en santidad, pero está tan lejos del Redentor, ya ni lo buscan porque se creen seguros de su puesto en el Reino, y nos vamos llevando la sorpresa de que esos puestos los disfrutan los que viven con ese deseo ardiente de encontrar al Señor, y que no se detienen para comunicarlo a los que parece ser ya lo saben todo de Dios.

Fue a María Magdalena, a quien Jesús dijo "ve y dile a mis hermanos", fue ella a la que Dios eligió para dar el recado de la Resurrección, y hoy, aunque no seas de Magdala, el elegido puedes ser tú.

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👤 P. Deiby Sánchez
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📷 @pdeibysanchez

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