Domingo 17 del tiempo ordinario

Domingo 17 del tiempo ordinario.

¿Cuántas veces alguien se nos ha acercado para pedirnos oración? Si, a usted que está más cerca de Dios, qué tan cerca verdaderamente estamos, y que tanta oración hacemos.

Será que hacemos petición de oración por lo "cerca" que los otros están de Dios, o será porque no sabemos orar.

"Señor, enséñanos a orar" es la oración de los discípulos. Ya la petición en si misma es una oración.

La oración surge como una necesidad de comunicación con Dios, y nos debe mover la convicción de la presencia de Dios. Orar con la confianza de un hijo con su padre.

La oración es diálogo con Dios, un diálogo desde la fe, y es bueno pedir a otros oración, pero que esto no excluya la oración personal, y si el problema es distancia de Dios, entonces atrévete a acercarte, y si el problema es que no sabes orar, entonces, como los discípulos debes comenzar por allí y decir decirle "Señor, enséñame a orar".

Jesús enseña a sus discípulos a orar, ellos entienden que están cerca de Dios y que pueden orar; serán ellos ahora los maestros de oración. Hoy los discípulos somos nosotros, encargados de transmitir la enseñanza de Jesús, pero que no nos gane el desgano, la pereza, la falta de convicción. No nos debemos atemorizar por el hecho de que nos vean orar, porque la oración aunque sea en la intimidad debe ser testimonio de fe, entonces, dejarnos ver, será lo que mueva a otros a unirse a la oración.
P. Deiby Sánchez
@pdeibysanchez

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