Una noche de Sol Mensaje de Navidad
Una noche de Sol
Mensaje de Navidad
Ha terminado el Adviento, aquel
tiempo en el que pudimos hacer un camino de fe rumbo a Belén, en medio de
tantas situaciones como la que implica ponerse en camino, ir de viaje, pero
aquí estamos, hemos llegado a Belén, y puede que sea una noche como aquella que
vivieron José y María, después de un largo viaje, llegar a Belén, no suena muy
fácil que digamos, pues, es encontrar un ambiente de desesperanza y
desesperación, pues no hay lugar en posada alguna, y es también encontrar la
calma y serenidad, pues nos espera un sencillo y humilde establo, lleno de
incomodidad, frio, oscuridad, pero es ese lugar donde la el Dios de la Vida se
va a manifestar y su luz brillará tanto que hasta los ángeles del cielo harán
concierto cantando “Gloria a Dios, y paz a los hombres”.
Les traigo una gran noticia, una
de gran alegría para todos: “hoy les ha nacido el Salvador”; hemos caminado, en
el adviento con la esperanza de llegar a Belén, y la gran noche ha llegado,
aquí estamos, no es lo que esperábamos encontrar, no nos habían advertido que
era un pesebre lo que nos esperaba en Belén, y es que se nos ha olvidado que
Dios actúa de maneras distintas, el hace nuevas todas las cosas, y ante el
nacimiento del Mesías la novedad es que “encontraran al niño envuelto en
pañales”.
Estar en este Belén es ser
capaces de contemplar a nuestro alrededor y descubrir la presencia de Dios, es
Navidad, una noche oscura, fría, solitaria ¿Cuántos de quienes están en torno
nuestro se sienten así? Más aun, ¿Cuántos de nosotros nos sentimos así y caemos
en desesperación?, José es un hombre que en medio de la adversidad buscó la
calma, y en medio de esa fría y oscura noche contemplo el brillo del “Sol que
nace de lo alto”, ese Dios-con-nosotros que ha querido brillar en medio nuestra
oscuridad.
Navidad es dejar a Dios
encarnarse en nuestras vidas, su palabra, su alegría, y comunicar a todos, la
salvación que nos ha venido a traer, que juntos en familia podamos nacer desde
Dios, un Dios tan humano como nosotros, y junto con él seamos “luz de las
naciones”.
En el silencio de Belén, y en el
ruido de nuestra vida, nace Emmanuel.
Deiby Sánchez,
presbítero.
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