Apuntes de Teología: El Hombre Nuevo

El hombre nuevo

Revístanse del hombre nuevo creado según Dios (Ef 4,24), partiendo de este corto verso tomado de la Carta de San Pablo a los efesios, es importante resaltar dos ideas, la primera sobre el “revestirse del hombre nuevo”; y la segunda “creado según Dios”.
Revestidos del hombre nuevo: son muchos los que hablan que es necesario un cambio, la transformación del hombre y han surgido “nuevas ideas con planteamientos sobre el hombre nuevo”; entre comillas, porque no es nada nuevo, esta fue la predicación y la evangelización de Cristo cuando un fariseo de nombre Nicodemo fue de noche a hablar, y se encontró con la respuesta: “en verdad te digo que nadie puede ver el Reino de Dios si no nace de nuevo desde arriba” (Jn 3,3); ya desde entonces, Jesús invitaba al cambio, a la transformación de la persona, a morir al hombre viejo, a morir a las pasiones y al pecado y, a nacer del agua y del Espíritu.
Cada día es necesario este re-nacer, no en ámbitos sociales, politos o económicos, sino una transformación del hombre desde dentro, muy personal, en su interior y desde allí podrá cambiar lo demás.
Esta transformación es posible en el Amor, traducido en caridad, en generosidad, en preocupación por el otro, en aprender a perder tiempo por el otro, en encarnar el mandamiento nuevo de Dios en nosotros, “amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos” aceptando a los demás, comprendiendo al hermano, ayudando y escuchando a quienes necesitan, mostrando a Cristo con testimonio de Vida y es desde allí donde se renace al hombre nuevo, de donde nos revestiremos de hombres nuevos.
Creado según Dios: este hombre no es imagen terrena, no es modelo humano, ni material, es imagen de Dios, nacido del Espíritu, creado según Dios, moldeado por el mejor alfarero que puede existir, no creado por hombres, ni de ideas, sino creado por Dios, hombres nuevos testigos y misioneros capaces de vivir según Dios, con Dios y en Dios para darlo a lo demás. Esta es la verdadera idea del hombre nuevo.

Todos estamos llamados a ser hombres nuevos, a renovarnos en espíritu y verdad, empezando por nuestras vidas podremos con la ayuda de Dios colaborar en la de los demás.

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