Apuntes de Teología: Breve historia de la Teología del siglo XX

Breve historia de la Teología, siglo XX


En la primera mitad del siglo XX se produce en efecto una importante renovación en la tradición tomista, los autores de esta corriente desean desarrollar las propuestas de la Encíclica Aeterni Patris, publicada el 4 de agosto de 1879, aunque cada uno lo hace según su propio talante interés.
Jacques Maritain (1882-1973), ha introducido el tomismo en la cultura. El empezó a leer la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino en 1910. Este filosofo se apoyó también de los comentarios de Cayetano y Juan de Santo Tomás. Toma el comentario de Cayetano sobre la existencia de Dios y de Juan de Santo Tomás en referencia sobre la ciencia de la teología. Jacques no se queda en un plano meramente especulativo, sino que trata de dar respuestas a cuestiones relacionadas con la cultura y la misión temporal del cristiano.
Etienne Gilson (1884-1978), refleja que esta firme en su adhesión a la doctrina de Santo Tomás, representando para él, la filosofía cristiana en su sistematización mas precisa, y la defiende integra desde el principio hasta el final de sus escritos. Sus exposiciones teóricas de la filosofía medieval se refieren al tomismo y contienen la síntesis de la doctrina tomista.
En 1904, la escuela dominicana de Le Saulchoir, cercana a París, desde los años treinta se convirtió en un importante centro de impulso teológico. Los teólogos de esta escuela iniciaron pronto una renovación, caracterizada principalmente por el estudio de la tradición cristiana en perspectiva histórica, la consideración del ministerio de la Iglesia como indisolublemente unido a los misterios de Jesucristo.
El nombrado Cardenal Yves Congar por San Juan Pablo II en el año 1994, nacido en Sedan, en 1904, ordenado sacerdote en 1930; es uno de los teólogos mas importantes del siglo XX, y su obra es principalmente eclesiológica. La Iglesia es en Congar como un gran centro del que proceden y hacia el convergen los numerosos temas teológicos en los que él se ocupó.
Tradición y escritura en Congar: el estudio de la Iglesia y la solicitud ecuménica indujeron a Congar a examinar las relaciones de la Iglesia con la Escritura y la Tradición, un tema que ha sido siempre causa de profunda división entre católicos y protestantes. Él afirma, la Escritura es absolutamente soberana: es Dios también en su forma, es regla para la Tradición y la Iglesia, mientras que la Tradición ni la Iglesia son regla para la Escritura.
Congar para dar una mejor comprensión del misterio de la Iglesia, ha buscado determinar el sentido de las cuatro notas que le caracterizan y son: santidad, unidad, catolicidad y apostolicidad.
La santidad, es la nota más propia de la Iglesia, ya que su fundador es el Santo de Dios.
La unidad y la santidad tienen un Dios, su fundamento último, ya que la unidad de la Iglesia es una comunión y extensión de la unidad misma de Dios.
La catolicidad, Congar le da un valor mas cualitativo antes que cuantitativo, pero observa que esta consiste sobre todo en la capacidad que la Iglesia tiene, gracias a sus principios de santidad y de unidad, de recuperar, recapitular, asimilar, hacer propios y desarrollar todos los valores auténticos.
El Espíritu Santo, Congar afirma que es el principio vital de la Iglesia. De este modo Congar ha proporcionado también una justificación del movimiento carismático, que no es un acontecimiento esporádico, sino que forma parte de la esencia misma de la Iglesia. La obra mas completa y exhaustiva sobre la Tercera Persona Divina es “Creo en el Espíritu Santo”.

Henri de Lubac (1896-1991), nació el 20de febrero en Cambrai, ordenado sacerdote el 22 de agosto de 1927, creado cardenal en 1983. Su extensa obra abarca el estudio de los Padres de la Iglesia, la obra de Orígenes, de Joaquín de Fiore, la teología y exegesis medievales, y numerosos temas monográficos relacionados con cuestiones y autores modernos. Su obra presenta una unidad, que esta construida sobre la visión armónica de la fe cristiana y del misterio del hombre.
El Nuevo Testamento revela al Antiguo y le confiere sentido y explicación, al tiempo que la Iglesia siempre ha sido vista prefiguradamente en la Escritura, en la predicación de los profetas y otros pasajes. Esto es a relieve parte de la obra exegética de Lubac.

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