Apuntes de Teología: Sacerdotes ¿Para qué?
Sacerdotes, ¿Para qué?
El
sacerdote, un problema candente: el trabajo del sacerdote
en la pastoral se ha hecho desesperadamente difícil.
Según Rahner, existe una cuestión
más importante, cuestión que es básica, y es que consiste en saber qué somos y
qué debemos ser. Lo que se plantea entonces es un problema en cuanto al ser y
al hacer del ministro ordenado, cuando el enfoque del ministerio debe ser
comprendido en la fe, en la esperanza y en la caridad, y no de la forma como
algunos ven dicho ministerio, como ese individuo que comprometido en el campo
social puede conservar prestigio ante la sociedad. De aquí, que el autor
formula la pregunta ¿hombre comprometido en el campo social o pregonero de la
Palabra de Dios?
Es deber de los
sacerdotes no poner en primer plano lo jurídico y lo legal; no ser alérgicos a
cualquier tendencia nueva; no defender estructuras sociales anquilosadas o cimentadas
en la injusticia; no preocuparnos de la tranquilidad y del orden; no exaltar
los llamados partidos cristianos como entidades queridas por Dios; no buscar
más la Iglesia como una poderosa institución social, sino ir a los hombres y a
los pobres.
Es hora de que lo
sacerdotes demostremos abiertamente con nuestro estilo en qué sector nos situamos.
Ante la pregunta ya
citada anteriormente, también responde el autor diciendo que “somos sacerdotes” y desde allí afirma
que por este hecho se es “pregonero de
la Palabra de Dios”, por tal motivo, la misión del sacerdote consiste en
anunciar que todo está penetrado e impulsado, revelado y radicalizado por esa
realidad que llamamos la Gracia de Dios,
y que consiste en la misericordia y divinizante comunicación de aquel misterio
que constituye la inmensidad de toda existencia humana, y que denominamos Dios.
Actualmente se siente un
desanimo sobre la respuesta a la vocación sacerdotal, es este un problema
serio, al que no es fácil responder, pues es visto como una carrera civil,
donde el sacerdote ejerce su ministerio como una profesión. Y Karl Rahner
plantea desde la naturaleza teológica, que el sacerdocio ministerial partiendo
del hecho de ser pregonero de la Palabra de Dios, una palabra que no consiste
en un sentimiento, sino en una acción.
La naturaleza del
sacerdocio resulta poco clara en la actualidad, y si se parte del Nuevo Testamento
esta la pregunta de si se ha de interpretar el sacerdocio de la Iglesia
primitiva desde la categoría religiosa de aquel que recibe un poder superior
para realizar determinadas acciones cultuales, de un mediador entre Dios y el
pueblo. Se ha de partir entonces de la Iglesia en su totalidad e interpretar,
apoyados en su esencia, el carácter específico de la función que desempeñan
dentro de ella los presbíteros, y es que la Iglesia misma en su totalidad
constituye únicamente, frente a esta santidad del mundo profano, el signo
sacramental de que Dios ha amado al mundo en tal sentido.
El ministerio del
sacerdote no consiste en que sea
representante de Dios, que viene de parte suya con autoridad divina a un pueblo
pecador, sino que consiste en que es el detentor de una función determinada y
necesaria en el seno de un pueblo que Dios ha santificado.
El problema que
experimentan muchos sacerdotes es la autocomprensión del sacerdocio; se
pregunta sobre qué es el sacerdote, cuáles motivos hay para que sigan
existiendo.
De manera análoga, la ordenación
sacerdotal puede referirse a la totalidad del ministerio sacerdotal, en la
manera en que existe concretamente en la Iglesia. La cuestión radica no en
saber qué es lo que puede realizar únicamente el sacerdote, sino en ver aquello
que el sacerdote asume y realiza concretamente en su ministerio, es, por la
esencia misma de la Iglesia, una totalidad de cometidos y funciones cargadas de
sentido, que permite que consideremos el ministerio como una unidad y que pueda
ser trasmitido a un hombre mediante el mandato sacramental como el contenido de
un estado particular de la Iglesia.
Para
los fieles
¿Qué es lo que hace un
sacerdote?
¿Con qué frecuencia ven al sacerdote haciendo oración?
¿Es el sacerdote una persona que inspira
confianza y por ello es fácil acercarse a él?
¿Qué tan
cercano es el sacerdote con el pueblo?
¿Con que
finalidad se acerca al pueblo?
¿Qué se
piensa del sacerdote?
¿Creen las
personas en lo que el sacerdote predica?
Referencias:
Karl
Rahner.
Apuntes
de las clases de teología
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