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Mostrando las entradas de marzo, 2019

Domingo III de cuaresma

Muchas veces hemos afirmado que Dios no nos escucha... Entonces el toma la palabra y nos dice que no solo escucha sino que ha visto el sufrimiento de su pueblo. Nosotros, nuevo pueblo de Dios, también vivimos en la esclavitud, sometidos a un Faraón, pero tenemos un Dios que cree y quiere la libertad para su pueblo. Moisés debió quitar las sandalias de sus pies para poder continuar pisando el lugar santo, ese monte sagrado, ahora bien, ¿qué debemos quitar de nuestra vida para poder continuar el camino y habitar en el lugar santo de Dios? Pedimos libertad para nuestro pueblo y hacemos campañas, organizamos jornadas o manifestaciones, elaboramos cadenas de oración, y todo para buscar la libertad de todo un pueblo, pero sin querer abandonar los faraones que nos esclavizan. Tal vez pensando en lo macro olvidamos la propia esclavitud, tal vez el método es al revés, como Moisés que se libró de sus sandalias para luego caminar con s...

Domingo II tiempo de cuaresma

Jesús nos ha llamado a un discipulado fuera de serie, con él todo es distinto, todo es novedad, es dar pasos, aún en el cumplimiento de las profecías, en un camino sin precendentes. Un día nos llamó al discipulado, y de repente te toma, te agarra y te conduce al lugar del aprendizaje; lugar poco convencional para dar una clase de oración y divinidad y sus misterios, lejos de pizarras y libros, te hace subir al monte, lugar privilegiado de las manifestaciones divinas. Y así de repente llega el momento de la manifestación; Jesús ora y se  transfigura. Jesús resplandece en su rostro y sus vestidos se hicieron de una blancura fulgurante, y además entra en diálogo con Moisés y Elías sobre la experiencia de pasión y muerte que ha de experimentar por la salvación. Es esta una revelación que guarda una íntima relación con la Sagrada Escritura, como testimonio de que tanto la Ley como los P...

Domingo I tiempo de cuaresma

Tantos pasos dados y tantos caminos recorridos, y en cada uno un sin fin de realidades en las que el "señor tenebroso" va haciendo de las suyas para hacernos tropezar. Tantos pasos dados y tantos caminos recorridos y tantos tropezones en cada uno. Una y otra vez, y con tanta diversidad van apareciendo en el camino las tentaciones, y pareciera que estamos aprendiendo a jugar un vídeo juego donde no podemos desperdiciar nada de lo que encontramos en el camino, y entonces cometemos tantos errores que se nos van agotando las "vidas" hasta que aparece el "game over" que nos deja fuera de juego. No podemos pasarnos la vida como si esta fuera un vídeo juego o una película de héroes y villanos, que agotan sus mejores municiones en cualquier tontería. No fuimos creados solo  para comer, no podemos pasarnos la vida entera comiendo y comiendo como seres insaciables. No podemos pasarnos la vida entera buscando deidades que nos socorran para luego rendirles cu...

La vida sigue..!

"La vida es tan incierta..! se viven tantos momentos y hay momentos en que pareciera que cada momento pasa por muestra mente en cuestión de segundos. Son esos recuerdos de momentos vividos y compartidos. Si de este lado de la vida, a pesar de las dificultades podemos vivir sonriendo ¿cómo será la vida del otro lado? La vida sigue! Para todos! también para los que ya pasaron al otro lado." (P. Deiby Sánchez)

Domingo VIII tiempo ordinario

.- ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? .- Pues yo he visto a muchos ciegos caminando justos, hasta tomados de las manos. .- Y tal vez los has visto caer juntos también. Es interesante que veamos a parejas de ciegos caminando justos, o compartiendo, pero es que la pregunta no se refiere a la compañía, sino a la guía. Se acompañan hasta en las caídas pero no se guían. Y es que quién no ve el camino no puede ir dando instrucciones de como avanzar en el camino que no ve. Muchos, al padecer cegueras, caen por el camino, mientras que otros se quedan muertos de risa al verlos caer, sin darse cuenta de las propias cegueras que tal vez les lleven a caídas peores. Seguramente no se trata solo de los edificios en los ojos, sino de lo que abunda en nuestros corazones, y que con nuestras acciones lo manifestamos. ¡Cuántos frutos podemos cosechar! Ahora bien ¿cuál es la calidad de nuestros frutos? Porque no hay á...